La vigilancia activa en el cáncer de próstata es uno de los métodos más utilizados actualmente en el tratamiento de esta enfermedad. Este enfoque se centra en vigilar de cerca la evolución del cáncer de próstata en lugar de tratarlo de inmediato.
¿Pero por qué elegir la vigilancia activa en lugar de otros tratamientos más invasivos como la cirugía o la radioterapia? En primer lugar, la vigilancia activa reduce las posibilidades de sufrir efectos secundarios a largo plazo que estos tratamientos pueden causar.
Además, la vigilancia activa se recomienda en pacientes que solo tienen un cáncer de próstata de bajo riesgo. Los pacientes con un cáncer de próstata de alto riesgo necesitarán un tratamiento inmediato.
La vigilancia activa implica una monitorización regular de los niveles de PSA en la sangre, la realización de biopsias de próstata periódicas y la realización de estudios de imagen como resonancias magnéticas y tomografías.
Esta técnica ha demostrado ser una alternativa efectiva para los hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo. Un estudio reciente publicado en el Diario de Urología descubrió que el 70 por ciento de los pacientes sometidos a vigilancia activa no necesitaban un tratamiento durante al menos 10 años.
Los pacientes que han elegido la vigilancia activa deben estar en contacto cercano con su equipo médico y estar dispuestos a tomar decisiones informadas en función de cualquier cambio que detecten.
En general, la vigilancia activa puede ser una opción efectiva y segura para los hombres con un cáncer de próstata de bajo riesgo. Es importante tener en cuenta que cada individuo es único y se deben considerar todas las opciones de tratamiento antes de tomar una decisión. Consulta con tu urólogo si la vigilancia activa es una opción válida para ti.
